Los días cobijan tu infancia
Volviéndote cada vez más bella,
Cada vez más serena.
Tu voz convertida en lento arrullo,
o en un grito descontento que se relega
Entre aquellos besos que lanzas sin recato
A estas horas exactas, presiento a mi lado;
Tu ternura en una sonrisa de niña traviesa,
y tu seguridad intensamente mía.
jueves, 1 de enero de 2009
TEZ DE BEBE
Tú historia, en un día de todos los días,
Cuando salimos con tu piel de niña entre mis brazos,
Ausentándote de juegos y del sueño vespertino.
Salimos a olvidar planes inacabados
Entre sonidos y miradas delincuentes,
Que se asoman desde la esquina recóndita de una alameda
Caminamos a devolverte al arrullo de aquel par de voces,
Que te esperan para devolverte a sus costados,
Descansando tu partida con la esperanza de otro dia.
Cuando salimos con tu piel de niña entre mis brazos,
Ausentándote de juegos y del sueño vespertino.
Salimos a olvidar planes inacabados
Entre sonidos y miradas delincuentes,
Que se asoman desde la esquina recóndita de una alameda
Caminamos a devolverte al arrullo de aquel par de voces,
Que te esperan para devolverte a sus costados,
Descansando tu partida con la esperanza de otro dia.
CITA
Las agujas están corriendo…
Pretendiendo embriagarme del sueño
Para llevarme al día siguiente
Entre las mantas de mi cama
En la calma de mis pensamientos
Surge tu nombre,
Después de haberlo bebido a las horas del sol,
Tan secreto, y descansado
Tan sola aquí
Creyendo y dejando de creer
Presintiendo tú descanso en el viento,
Creyendo en dudas y esperanzas
Recordándote, tomado a mi mano
Entre las veredas de un mar de piedra
Que recorríamos un día de estos
Después de aquella comida con sabor a amor.
Pretendiendo embriagarme del sueño
Para llevarme al día siguiente
Entre las mantas de mi cama
En la calma de mis pensamientos
Surge tu nombre,
Después de haberlo bebido a las horas del sol,
Tan secreto, y descansado
Tan sola aquí
Creyendo y dejando de creer
Presintiendo tú descanso en el viento,
Creyendo en dudas y esperanzas
Recordándote, tomado a mi mano
Entre las veredas de un mar de piedra
Que recorríamos un día de estos
Después de aquella comida con sabor a amor.
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